La Colmena

Mónica y Besay

Desde Gran Canaria llegaron al confín atlántico, y El Hierro les susurró: “bienvenido a casa”.

Mónica Ojeda y Besay García, jóvenes emprendedores de alma rural, enamorados del sector primario.
Con respeto reverencial por el entorno, transformaron la isla en su lienzo vivo.

Su amor por el territorio es fuego volcánico: incansable, puro.
Comprometidos con la excelencia, estudian y se forman sin tregua —cursos en apicultura ecológica, investigación en polinizadores endémicos— para ofrecer un servicio único, miel diferenciada que honra la Biosfera.

No trabajan la tierra: la escuchan.
No cuidan abejas: las celebran.
Pilares de Ganado que Vuela, su entrega es el latido que impulsa cada ala.

Las Jefas (las abejas)

Apis mellifera: las reinas indiscutibles de El Hierro.

Abejas negras endémicas, forjadas en lava y vientos atlánticos, polinizan el 75% de nuestra flora silvestre. Sus alas guardan el secreto del Meridiano; su néctar, el silencio volcánico.

Para Mónica y Besay, ellas son las verdaderas protagonistas. “Nosotros solo acompañamos su vuelo”, dicen. Sin jefas, no hay colmena; sin ellas, no hay miel “La Maestra”. Son sabias arquitectas de la Biosfera, guardianas de la vida. Cada cosecha es un homenaje a su inteligencia ancestral, su resistencia heroica ante el cambio climático.

Las Jefas no trabajan para nosotros: nosotros servimos a su reino alado. En Ganado que Vuela, ellas mandan.

¿Cómo lo hacemos?

Con las manos en la tierra volcánica y el alma en el vuelo de las Jefas.

Día a día, nuestro ritual es compromiso puro: apicultura ecológica certificada UE, sin un solo químico que manche su pureza.

Rutina sagrada:

Amanecer: Monitoreo natural de colmenas móviles en Sabinosa y Frontera.

Mediodía: Acompañamos polinizaciones silvestres, respetando ciclos lunares.

Atardecer: Cosecha manual en floraciones endémicas —tajinastes, codesos—, extrayendo miel cruda que respira territorio.

Buscamos lo único: miel de El Hierro, enzimas vivas, sabor volcánico inigualable. Colmenas que rotan con la isla, zero impacto. Cada tarro es un pacto con las abejas, la tierra y el futuro sostenible.

No producimos miel: la dejamos nacer. Certificada, ética, eterna.

El enjambre
(Las otras alas de Ganado Que Vuela)

Solo un enjambre une alas para volar alto.

En Ganado que Vuela, nuestro ADN es colaboración desinteresada:

aliados que, sin pedir nada, insuflaron vida al sueño.

Pilares indispensables, compañeros de vuelo eterno.

Nuestros guardianes

Su implicación generosa fue chispa volcánica: asesoría técnica, redes, pasión compartida. Gracias infinitas: son el zumbido que nos eleva, el territorio que nos abraza. Juntos, polinizamos no solo flores, sino esperanzas.

El Enjambre no colabora: es familia alada.